Probablemente este sera otro artículo para leer, otro entretenimiento, pero quizá mientras avances en la lectura te intereses más, y termines de leerlo.
Todos nos hemos preguntado alguna vez, mientras estábamos sentados en un banco, en la esquina de una calle, en el parque, o también en el sofá de nuestra cómoda casa, de donde procedía esa hermosa melodía. Al principio piensas " Son imaginaciones mías", pero después, te empeñas en prestar más atención, y ves que no son imaginaciones, que lo que escuchas es real. La música te atrapa, despierta tu ansia interior por saber de donde procede, quieres saber quien es el autor de la canción, porque tu también deseas tenerlo en un ordenador, en un viejo CD o en el Ipod.
Descubres que procede de una caja con teclas, que están atadas con cuerdas de metal que no las dejan escapar. "Es el piano" , y una tímida sonrisa sale de tu boca. Tus sentidos quieren más, y se empeñan en buscar la procedencia de lo que tanto te atrae. Cierras los ojos y descubres que el violín es el fiel acompañante del piano, que no lo deja en la soledad, que embellece aún más la melodía.
Te vienen recuerdos que una vez enterraste en lo hondo del cerebro, que quisiste cerrar, puesto que pueden ser memorias tanto alegres como tristes. En este momento te viene la primera oleada de pensamientos. Te acuerdas de cosas que no te gustan, y las lagrimas que fueron prisioneras durante un tiempo escapan, respirando el aire fresco de la libertad. " No llores, eso ya pasó" te dices, y a continuación empiezan a parar los llantos, porque te has acordado de la primera vez que jugaste al escondite con tus amigos en el parque, aquella vez que llegaste a casa y tu madre te dio un cálido abrazo, esa vez que montaste en un bici y descubriste mundo, o quizá esa cosa agradable que no te atreviste a contar a nadie porque era tu secreto más preciado, el tesoro que compartías contigo mismo. Y pum, has abierto los ojos, porque la canción ha llegado a su fin, vuelves a la realidad.
La realidad, que agradable, que desagradable... que... no hay palabras que sirvan para describir realidad , pero las gotas que 5 minutos antes cayeron de tus ojos si han podido describir lo que sentías por el susurro de aquella dulce melodía, esa que te ha hecho recordar, sonreír y llorar , y que ha creado de ti una fragilidad que hasta ahora no habías sentido.
Te has dejado llevar por la música, y eso ha hecho despertar tus instintos, que es lo que has querido siempre pero no has podido hacer nunca. Es la magia del instrumento, del dulce susurro del piano.
Aitziber
No hay comentarios:
Publicar un comentario